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Centro AMICUM

Alma saludable

La salud espiritual está relacionada con la trascendencia y el propósito. Se alcanza el bienestar cuando se está en armonía con un ser supremo, con los otros y la naturaleza y consigo mismo. La salud espiritual sirve como termómetro de tu dimensión espiritual. Puedes identificar cómo está, al responder preguntas como:

  • ¿Cuál es mi nivel de bienestar espiritual?
  • ¿Conozco cuál es mi propósito?
  • ¿Hay una dificultad sistemática para tener bienestar en los diferentes ámbitos de mi vida?
  • ¿Por qué y para qué estoy en este mundo?

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Cuando las personas no tienen un buen desarrollo de su dimensión espiritual, se comienzan a generar algunas problemáticas como: no ser capaces de hacerse cargo de otros o de sí mismos, no poder hacer planes concretos a futuro o alcanzarlos, búsqueda constante de gratificación inmediata, no tener claridad en cuál es su aporte al mundo o a quienes le rodean, sentimientos de vacío existencial, preguntas a las que nunca encuentran respuesta, dificultad para comprender situaciones que les han sucedido, búsqueda obsesiva de la belleza, necesidad constante de aceptación, dificultad en el manejo de emociones, entre otros.

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Consejos para desarrollar tu espiritualidad

Por eso es importante que tengas presente que, así como desarrollas cada una de tus otras áreas, necesitas invertir en esta también. Es un proceso de aprendizaje constante y tienes que conocer y comprender que también existen límites. Es aquí donde la religiosidad (comprendida como un sistema de creencias…) ayuda a nutrir la salud espiritual, ya que favorece el descubrimiento de las respuestas a la trascendencia e incluso influye en la autoestima.

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Sin embargo, se debe tener presente que existen sistemas religiosos negativos que afectan la salud integral de las personas, ya que no respetan la integridad, rompen vínculos primarios (relaciones con la familia) y buscan una entrega ciega a un líder. Por otro lado, los sistemas religiosos positivos van a brindar respuestas y clarificar dudas. Debes comprender la “religión” desde su etimología “ religāre”, que hace referencia a ligarte (unirte) nuevamente con tu Creador. De forma que puedas verla como una relación, y como cualquiera, hay cosas que haces y no haces para cuidar el vínculo, y permaneces en él porque te sientes, valioso, querido y protegido.

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.Si identificas que necesitas mejorar tu salud espiritual, te recomendamos:

  • Invertir: planifica un tiempo diario y semanal para tener un encuentro contigo y con un ser superior.
  • Analizar: dedica tiempos de quietud para poner en perspectiva lo pasajero, lo que no va a alimentar tu persona, sino sólo satisfacer emociones.
  • Practicar: realiza actividades que aporten a tu bienestar espiritual (contigo, con un Ser superior, con otros o con la naturaleza).
  • Desarrollar: busca nutrirte con aquello que te permita visualizar un futuro con esperanza.

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El aporte de la espiritualidad en la salud

Carlos Moroni es Doctor en Psicología y Docente universitario. Forma parte del Instituto Interdisciplinario en Investigaciones en Salud Espiritual y es Director de la Facultad de Psicología de la Universidad de Montemorelos. En este video nos invita a invertir en el desarrollo de nuestra espiritualidad como parte de la búsqueda de una salud integral.

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