Pasos para un cambio permanente
¿Por qué tantas veces tratamos de cambiar y al final no lo hacemos? Puede ser porque no definimos claramente una meta, o porque perdimos la motivación. Estos 6 pasos para un cambio permanente te ayudarán a ser constante en lo que te propones.
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1
Establece las prioridades: Una frase popular dice: “cuando las prioridades son claras, las decisiones se hacen fáciles.”, es por ello que debemos organizar las actividades por orden de importancia.
Ejemplo: Pintar mi lugar de trabajo es algo que deseo hace tiempo, sin embargo, la luz de esa habitación es insuficiente y me produce fatiga visual. Tener prioridades te ayudará a saber por cuál empezar.
2
Analiza qué se puede cambiar: Ahora bien, de todos los cambios identificados probablemente no podamos cambiarlos todos. Esto no significa que no lograremos nuestro objetivo. El mayor impedimento para el éxito es la actitud.
Ejemplo: No puedo remodelar la iluminación por completo pero puedo comprar una lámpara que me permita trabajar mejor en el escritorio.
3
Realiza los cambios: Necesitamos dar el paso de la teoría a la práctica al realizar esos cambios que identificamos son importantes y podemos hacer.
Ejemplo: busco la manera de conseguir una lámpara y la obtengo.
4
Mantén un registro: Muchas veces no percibimos los beneficios de los cambios sino registramos la evidencia. Así que, debemos definir qué vamos a medir y cada cuánto.
Ejemplo: al final del día anoto del 1 al 10 cuánta fatiga visual tuve. ¿Mejoró mi experiencia de trabajo?
5
Evalúa: Al final del tiempo propuesto de registro, es importante evaluar: ¿Qué funcionó? (para mantenerlo), ¿Qué no funcionó? (para cambiarlo), ¿Qué se puede mejorar? (¿hay algo que se pueda agregar?).
Ejemplo: al final de la semana me doy cuenta que mi nivel de fatiga disminuyó, pero que podría re-ubicar los bombillos, para que el ángulo de la luz también aumente el beneficio.
6
Re-organiza: Luego de realizar la evaluación, necesitamos hacer los ajustes necesarios para seguir mejorando.
Ejemplo: Realizo la re-ubicación de los bombillos y vuelvo a evaluar.
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Cuando comience a percibir el cambio, la satisfacción personal también aumentará. No se recomienda pretender alcanzar grandes logros de la noche a la mañana, sino que, los pequeños resultados puedan motivarte a avanzar cada vez más.
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La importancia de celebrar
Desde pequeños sentimos agrado cuando recibimos felicitaciones al completar una tarea, por más pequeña que sea. Lo podemos ver en la sonrisa de un niño al recibir aplausos tras dar unos cuantos pasos. Cuando crecemos nos llenamos de tantas responsabilidades, que perdemos de vista los progresos que logramos. Por eso, cada vez que consigas algún objetivo y superes algún obstáculo, ¡Celebra! Recuerda que son las pequeñas cosas que, unidas, pueden marcar un antes y un después en tu vida.
Si, en la práctica, algunos de estos pasos para un cambio permanente te resulta algo difícil, comparte tu experiencia en el foro. ¡Tal vez otros estén pasando por lo mismo!