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Desaprender, reaprender, evolucionar

¿Has considerado cómo se ve una casa donde nunca hubo renovaciones? Aunque la estructura básica sigue en pie, con el tiempo, las necesidades cambian y las tendencias evolucionan. En lugar de conformarte con lo que ya conoces, puedes atreverte a desaprender y evolucionar, adaptando cada rincón a tus nuevas necesidades y deseos, y optimizando su funcionalidad. Este proceso de renovación no solo mejora el espacio, sino también revela un potencial nuevo vibrante.

De la misma manera, en tu vida personal, puedes desaprender y evolucionar. Al estar abierto a nuevas ideas y dejar atrás viejas formas de pensar, podrás construir una versión más auténtica y enriquecedora de ti mismo.

Barreras que limiten la evolución

Existen tres actitudes que pueden obstruir nuestro camino hacia el autodescubrimiento, según el pastor Hermosillo. En primer lugar, algunas personas viven solo para sobrevivir, satisfaciendo necesidades básicas sin más propósito. En momentos de crisis, se preguntan sobre el sentido de su vida y el rumbo que están tomando. Es esencial distinguir entre vivir y sobrevivir.

Por otro lado, algunas personas se dejan llevar por expectativas externas, ajustando su vida a ciertos estándares y normas sin cuestionar ni explorar nuevas posibilidades. Esto limita su crecimiento personal y puede llevar a la resignación y la pérdida de motivación para perseguir metas que se alineen con sus valores y deseos más profundos.

La tercera actitud es la tendencia a imitar a los demás, lo que nos impide descubrir nuestra verdadera identidad y expresarnos de manera individual. Al replicar comportamientos y elecciones ajenas, se silencia la voz interior que anhela ser escuchada y entendida. Estas actitudes nos frenan y nos confunden entre expectativas ajenas y aspiraciones genuinas.

¿Cuál de estas tres actitudes te está limitando?

Si bien es cómodo permanecer en lo conocido, el verdadero impulso hacia una vida plena y satisfactoria radica en nuestra disposición a desaprender patrones antiguos, reaprender nuevas habilidades y, sobre todo, evolucionar. 

Curiosidad: La clave para desaprender y evolucionar

Una vez que una persona identifica cuál de estas barreras está afectando su vida, puede iniciar un proceso de reflexión que favorezca el cambio. Este proceso requiere valentía, ya que implica confrontar las propias inseguridades y redefinir los objetivos personales.

Reconocer la necesidad de explorar intereses y aspiraciones es fundamental para avanzar. En este sentido, una de las herramientas más efectivas es la curiosidad, que actúa como el motor esencial para el crecimiento personal, la exploración y la superación de obstáculos. Esa fuerza interna impulsa a desaprender y evolucionar, cuestionando lo conocido y aventurándose más allá de los límites autoimpuestos. Cuando alguien siente el deseo de mirar más allá de las expectativas sociales, la curiosidad se convierte en un antídoto crucial para superar esas limitaciones.

En la búsqueda de ser una mejor versión de sí mismo, la curiosidad será siempre una aliada invaluable.

La fuerza de la curiosidad

Por otro lado, mantener una mentalidad de «solo sobrevivir» puede llevar a una persona a centrarse excesivamente en la seguridad y en mantener el statu quo. Si bien la seguridad tiene su lugar y es importante, también puede convertirse en un factor limitante al momento de buscar nuevas posibilidades. Aquí es donde la curiosidad se vuelve esencial; abre la puerta a lo desconocido e invita a salir de la rutina, explorando caminos que pueden llevar a un estado de mayor satisfacción e, incluso, a la realización personal.

Además, es común que la tendencia a seguir a otros o imitar sus caminos limite enormemente el crecimiento personal. La curiosidad impulsa a cuestionar estas influencias externas y a buscar aquello que verdaderamente inspira. ¿Quién no se ha sentido insuficiente alguna vez para explorar sus propias pasiones o intereses? Es habitual seguir a los demás en busca de aceptación, pero la auténtica satisfacción radica en la expresión genuina de uno mismo y en la valentía de ser quien realmente es.

También es importante ser consciente de la búsqueda de aprobación externa. Muchas veces, los caminos que una persona elige no resuenan con sus verdaderos propósitos y pueden llevar a la desilusión. La curiosidad juega un papel crucial en romper este ciclo. Al descubrir la motivación interna y guiarse hacia elecciones que reflejan aspiraciones genuinas, se está en el camino correcto. A medida que se cultiva un mayor nivel de curiosidad, disminuye la dependencia de la validación externa, lo que lleva a un auténtico crecimiento personal.

La curiosidad actúa como un faro que ilumina nuestro camino en momentos de confusión e incertidumbre. Al abrirnos a la autoexploración y la reflexión, podemos superar más fácilmente las barreras que nos limitan. Mantener un diálogo continuo con nosotros mismos no solo nos enriquece, sino que también nos ayuda a comprender con mayor claridad nuestros deseos y necesidades.

Dos fuerzas poderosas que influyen

Existen dos fuerzas poderosas que influyen en nuestras decisiones y comportamiento: la curiosidad y el miedo. La curiosidad impulsa a romper las barreras que limitan el crecimiento personal, mientras que el miedo actúa como una fuerza opuesta, frenando el avance y manteniendo a las personas en un espacio de aparente seguridad. Si deseas profundizar más sobre el miedo, te invito a leer este artículo.

El miedo suele surgir ante lo desconocido o ante la posibilidad de fracasar, sentir rechazo o sufrir dolor. Aquí es donde entra en juego la zona de confort, un estado psicológico en el que te sientes segura porque no hay amenazas ni desafíos. En este espacio, los niveles de ansiedad se mantienen bajos, y el control sobre los resultados parece total. Si bien es cómodo, también limita tu potencial de crecimiento.

Piensa un momento: ¿qué actividades, relaciones o hábitos te resultan cómodos o familiares? Al identificar estos aspectos, pregúntate: ¿Qué deseo transformar en mi vida? y ¿Qué pensamientos o comportamientos me mantienen en esta zona? A partir de ahí, puedes comenzar a dar pequeños pasos para adaptarte a nuevas situaciones, construir confianza en ti misma y desarrollar las habilidades necesarias para enfrentar los desafíos que se presenten.

Es importante encontrar un equilibrio entre la curiosidad y la seguridad. No te lances directamente a la zona de peligro, ya que esto podría generar ansiedad, frustración e incluso retrocesos en tu proceso de evolución. Al avanzar poco a poco, puedes convertirte en una persona más segura, flexible y resiliente, capaz de afrontar los desafíos con confianza y sabiduría. La clave está en disfrutar el viaje y valorar cada paso del camino.

En momentos de incertidumbre, la curiosidad y el miedo coexisten. Mientras el miedo susurra «detente, no te muevas», la curiosidad plantea la pregunta «¿qué podrías descubrir?». Este conflicto entre ambas emociones puede ser una poderosa fuente de crecimiento personal.

Es importante recordar que la curiosidad no elimina el miedo, pero puede generar coraje. El coraje no es la ausencia de miedo, sino la capacidad de enfrentarlo. Al enfocarte en la curiosidad, puedes aprender, descubrir y entender, desplazando tu atención del riesgo hacia el potencial de lo nuevo. La curiosidad proporciona la energía y el propósito para avanzar, aunque el miedo siga presente.

Manejar este mundo lleno de posibilidades

Al explorar nuestras verdaderas aspiraciones y estar dispuestos a desaprender lo viejo, abrimos la puerta a una evolución personal significativa. Según el pastor Hermosillo, aquí tienes algunos consejos prácticos para manejar un mundo lleno de posibilidades sin sentirte abrumado.

  1. Encuentra plenitud al sentirte útil. Desarrollar lo que sabes, lo que amas y lo que otros necesitan te ayuda a sentirte pleno, sin importar la situación que estés atravesando.
  2. Recuerda que todo lo que vale la pena requiere esfuerzo y sacrificio. Nada significativo llega sin dedicación.
  3. No puedes tenerlo todo. La vida, el tiempo y las fuerzas son limitados. Para lograr lo que más deseas, deberás soltar otras cosas.
  4. Enfócate en el presente. Al hacerlo, construirás tu futuro de manera más efectiva y lograrás cambiar tu perspectiva.
  5. Organiza tus ideas y pensamientos. Verbalízalos y utiliza la escritura para dar claridad a tu mente.
  6. Cuidado con el sobre análisis. Evita paralizarte por pensar demasiado en las decisiones que debes tomar.

No se trata de ser feliz, sino de tener propósito. El propósito es más profundo que la felicidad, ya que mientras la felicidad se busca en lo externo, el propósito nace de dentro de nosotros.
David Hermosillo

¡Anímate! ¡Comparte este artículo con tus seres queridos y ayuda a construir un mundo mejor! Comienza tu exploración de opciones y posibilidades para caminar hacia la persona que deseas ser, y recuerda que para lograrlo, es esencial desaprender y evolucionar.

Soy una psicóloga apasionada por el bienestar familiar, trabajando en un centro de rehabilitación y actualmente cursando mi doctorado en consejería familiar.