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Centro AMICUM

Mente saludable

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La salud mental es una de las áreas más vulnerables del bienestar en nuestros días. En las últimas décadas se han generado una serie de cambios sociales que han afectado directamente su buen desarrollo. Hay elementos que se han incorporado y han afectado la forma en que las personas nos relacionamos. Por ejemplo, los dispositivos electrónicos están cada vez más al alcance de los niños desde edades tempranas, cuando su capacidad mental no está lista para el manejo de este tipo de estímulos cerebrales. Esto les va aumentando su dependencia y disminuyendo la posibilidad de estar en sintonía con sus propios sentimientos y emociones. En esos casos, no hay oportunidad para un buen desarrollo psicomotor ni neurológico y llegan a vivir con una visión de mundo, de cierta manera irreal o despersonalizada. De esa manera, cuando llegan a la adolescencia, no están listos para construir su identidad, lo que puede abrir paso al desarrollo de trastornos que requieran atención profesional. Si a todo esto le sumamos que en los hogares existe poco apoyo en los temas relacionados a la inteligencia emocional, es fácil comprender por qué el incremento de problemáticas asociadas al área de la salud mental en la sociedad. 

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Por otro lado, la mayor parte de nosotros vive en las ciudades, lo que eventualmente nos separa de la familia extendida, provocando una desconexión con abuelos, tíos y primos, que de alguna forma llegaban a representar redes de apoyo significativas para el desarrollo personal.

De igual manera, la pandemia llegó a evidenciar otras situaciones, como el aumento de conflictos familiares debido a la vulnerabilidad económica y la falta de lazos profundos entre los miembros. Eso, sumado a que tuvimos que convivir con restricciones sociales por meses, pasando la mayor parte del tiempo encerrados, no es de sorprender que aumentaran los problemas relacionados con la salud emocional.

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Evaluando tu interior

Si tomamos en cuenta que a nivel mundial, la salud mental se define como la forma en la que te sientes contigo, con los demás y la forma en la que enfrentas tus responsabilidades y tu realidad, podemos identificar su carácter integral. Si no hemos tenido apoyo emocional suficiente y no hemos aprendido a gestionar lo que sentimos, llegaremos a tener mayor dificultad para afrontar de forma efectiva el estrés y los altos niveles de ansiedad.

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Para estar en armonía con nosotros mismos y con los demás, es importante desarrollar habilidades que nos permitan reconocer la influencia de nuestros pensamientos. Esto nos permitirá saber en qué enfocarnos y cómo tener un buen manejo de las emociones. Si quieres evaluar cómo estás, puedes responder a las siguientes preguntas:

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  • ¿Sé cuáles son mis áreas débiles?
  • ¿Sé cuándo estoy más vulnerable emocionalmente?
  • ¿Reconozco cuando estoy siendo agresivo?
  • ¿Identifico si me estoy aislando?
  • ¿Reconozco mis virtudes y aquello que me hace valioso?

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En ocasiones, no somos capaces de darnos cuenta cómo estamos gestionando nuestras actividades del día a día. Por eso, es necesario detenernos y tomar un momento para pensar: ¿Cómo fue mi día? ¿Qué me dije? ¿Cómo me sentí?… Y así comenzar a tomar consciencia de cómo está nuestra salud mental.

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Lo que puedes hacer

Si reconoces que no estás en un nivel adecuado, el primer paso es: ¡Descansar! Puede parecer sencillo o hasta irrelevante (porque probablemente tengas muchas cosas urgentes por resolver), pero el descanso influye directamente en tu capacidad cerebral. No descansar correctamente te llevará a consecuencias como: problemas en la  atención-concentración, en la toma de decisiones, mal manejo de emociones, menor desempeño, entre otros.

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Además del descanso, es importante tener una adecuada alimentación, que provea los nutrientes que el cuerpo necesita, especialmente el cerebro y todo el sistema nervioso. Si comemos bien, nuestro organismo se desempeñará mejor y se repararán aquellos procesos que han estado deficientes. Y, por supuesto, debemos mantenernos activos físicamente. Muchas veces pensamos que el ejercicio solo va a tener efectos positivos en la salud física, sin embargo, existen investigaciones que han encontrado una estrecha relación entre el ejercicio y las zonas cerebrales donde se liberan endorfinas, lo que permite aumentar la sensación de bienestar y aumentar la armonía entre las diferentes áreas de la salud.

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Sobre la influencia de nuestras relaciones con los demás, hablaremos mañana, pero recuerda: todas las acciones tienen consecuencias, especialmente cuando se trata de la salud mental. La forma en que interpretamos las palabras, gestos, acciones, tanto nuestras como de otros, impactan nuestro bienestar. Por eso, vale la pena hacer cambios y ponerse metas concretas que contribuyan a nuestro bienestar.

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¿Lo que piensas está en armonía con lo que sientes?

Nohemí Romero es doctora en psicología, se desempeñó por muchos años como docente universitaria, llegando a ser Coordinadora de Posgrado en la Facultad de Psicología de la Universidad de Montemorelos. En este video te invita a reflexionar sobre tus pensamientos y su conexión con las emociones.

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